viernes, febrero 01, 2008

REPORTAJE

Cuando los españoles enseñaron a liar tabaco a los daneses
Una exposición en Dinamarca muestra la influencia que dejó en 1808 una multitudinaria expedición militar española

EFE - Copenhague - 01/02/2008

Una exposición en el museo de Holbæk, al norte de Copenhague, revive desde hoy la huella dejada hace 200 años por los 14.000 soldados españoles enviados a Dinamarca con las tropas de Napoleón y cuyo paso ha originado mitos recogidos en la literatura y que han sobrevivido en la memoria colectiva. Cuando los españoles llegaron, un encuentro cultural en 1808, es el resultado de una colaboración entre los museos de las cuatro localidades danesas donde mayor fue el impacto de su estancia e instituciones españolas, de un proyecto investigador surgido en 2004 y que agrupa a historiadores de varios países.

Dinamarca
Página oficial de la exposición:

www.spaniolere.dk

"Desde mi infancia he escuchado un sinfín de anécdotas sobre los soldados españoles, que causaron gran impacto en la población, ya que resultaron muy exóticos. De ahí nacieron muchos mitos, como que todos los daneses de ojos marrones descienden de ellos", relata Henning Petersen, coordinador del proyecto. Al mando del marqués de La Romana, la División del Norte llegó a Dinamarca en marzo de 1808, para unirse a un destacamento franco-belga de tamaño similar, con el objetivo de permanecer allí hasta una hipotética invasión de Suecia, que nunca se llevó a cabo.

Enterados de la revuelta contra José Bonaparte, el grueso del regimiento español logró con una argucia huir de Dinamarca apenas seis meses después gracias a la ayuda de la Marina inglesa. Su repentina desaparición "nunca fue entendida" por la historia oficial danesa, que los consideró unos traidores, una imagen muy distinta de la que dejaron en el imaginario popular en las provincias de la isla de Fionia, el este de Jutlandia y el oeste de Selandia, donde su huella fue imborrable.

"Tocaban la guitarra y hacían fiestas"

"Nunca entraron en combate, sólo estuvieron estacionados, fueron los primeros soldados extranjeros que no arrasaron el país. Vivían entre la gente, se comportaban de forma familiar, aceptaban sin remilgos la comida local, no como franceses y belgas; jugaban con los niños, tocaban la guitarra y hacían fiestas", resume Petersn. La impresión que causaron en los pueblos daneses, donde sus habitantes no estaban acostumbrados ni a viajar ni a tener contacto con gentes de otros países, fue considerable, pese a los problemas de comunicación, y también en el campo de las costumbres.

De ellos aprendieron a fumar tabaco liado, aliñar ensalada y usar ajo en las comidas, y de su idioma tomaron la palabra spanjler, que al igual que la más culta spanier, significa "español" en danés, aunque en el primer caso está dotada de un componente simbólico, unido a la pasión y el gusto por la música de los europeos del sur. Pese a la designación oficial de "traidores" y a que su mantenimiento sangró las arcas danesas, es difícil encontrar un relato negativo sobre aquellos españoles que les hicieron descubrir una "mentalidad distinta", aclara Petersen.

Al contrario, han pasado a la imagen colectiva, que aún perdura en las provincias, como gente "alegre, educada y musical", el antepasado perfecto al que recurre cualquier persona de la zona para explicar un temperamento fuerte o rasgos mediterráneos. Tampoco es menor su huella en la literatura romántica danesa, en autores que como Steen Steensen Blicher o Hans Christian Andersen recurren a su ejemplo para hablar de las diferencias entre nacionaldades, soñar con la idea de reunir las mentalidades del norte y del sur de Europa o construir la imagen de que "el mundo puede ser otra cosa", según Henning Petersen. El propio Andersen, el celebérrimo autor de cuentos, narra en sus memorias que el primer recuerdo de su infancia es de un soldado español, y que en él encontró "lo diferente". La muestra, que recorrerá el país hasta noviembre, recoge armas, pinturas, dibujos y ropas de la época, así como objetos de aquellos soldados que durante años fueron guardados por las familias danesas.

El proyecto, articulado en torno a la web www.spaniolere.dk, incluye también material didáctico para escolares, una investigación para encontrar antepasados españoles y la publicación de un libro escrito por historiadores daneses, suecos y españoles. La obra recopila anécdotas como la de la quema accidental de la célebre fortaleza de Koldinghus; la del soldado que no pudo huir tras romperse una pierna y acabó casado con una danesa con la que tuvo 9 hijos; o la del noble que prefirió pegarse un tiro antes que entregarse a las tropas francesas.

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