me hacen temblar con alarido interno,
la luz de acuario de un jardín moderno.
y el amarillo olor del yodoformo.
Cubista, futurista y estridente,
por el caos febril de la modorra
vuela la sensación, que al fin se borra,
verde mosca, zumbándome en la frente.
Pasa mis nervios, con gozoso frío,
el arco de lunático violín;
de un si bemol el transparente pío
tiembla en la luz acuaria del jardín,
y va mi barca por el ancho río
que divide un confín de otro confín.
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