viernes, febrero 16, 2007

La frágil memoria histórica del nuevo ministro

Bermejo, ministro socialista hijo de un jefe local falangista

15.02.07 | 16:30. Archivado en Políticos

(PD / Época).- "Luchamos en su día contra los papás de los que nos gobiernan y no tenemos ningún temor a los hijos". Eso decía en 2003 Mariano Fernández Bermejo. En Arenas de San Pedro, el hermoso pueblo que le vio nacer, no entienden mucho esas declaraciones porque su padre, tal y como adelantaba la periodista Isabel Durán, fue jefe local de la Falange, según informa Kiko Méndez-Monasterio esta semana en la revista Época.

Y no sólo eso, sino que Mariano Fernández Alonso también fue durante muchos años teniente de alcalde del municipio. En fin, que como tantos progres de ahora, los papás que gobernaban durante el régimen de Franco eran los suyos, y es difícil de entender tanto rencor hacia la propia estirpe de uno.

Sobre todo en este caso, porque el falangista fue, según cuentan, un excelente regidor: natural de Segovia, el padre del hoy ministro de Justicia se trasladó a Arenas para expandir el negocio familiar de la madera.

Juventud acomodada

Allí se casó con Tita Bermejo (toda una belleza, al parecer) y del matrimonio nacieron cinco hijos, tres chicos y dos chicas. Además de su implicación política y su dedicación profesional como maderero, siguió acrecentando su patrimonio al obtener la concesión de dos gasolineras, que todavía están hoy en manos de la familia.

Gracias a esto, Mariano Fernández Bermejo pudo disfrutar de una niñez y juventud muy acomodadas y nada perseguidas.

Como estudiante de leyes tampoco destacó por una feroz militancia antifranquista: parece que en él se hacía cierta aquella frase de que la juventud de la época no estaba en la oposición al régimen, sino en las oposiciones. Por eso, después de licenciarse en Derecho ingresa en la ca-
rrera fiscal, en 1974, con la necesaria adhesión a los Principios Fundamentales del Movimiento, que por aquel entonces se exigía y que él ha preferido olvidar.

A Madrid como político

Pero su primer desembarco en la capital no lo haría ejerciendo de lo suyo, sino ya volcado en la política, como asesor del ministro socialista
Fernando Ledesma. Allí conoció a María Teresa Fernández de la Vega, que trabajaba en el mismo equipo, y que ahora ha salido a defender el nombramiento hablando de una reconocida capacidad profesional de Bermejo.

Pero la verdad es que esa capacidad tan sólo la debe de conocer la vicepresidenta; los fiscales, desde luego, no participan del mismo entusiasmo: Fernández Bermejo es el fiscal que en más ocasiones ha si-
do declarado incompetente por sus propios compañeros para desempeñar una responsabilidad. Por ejemplo, cuando quiso ser fiscal jefe de Madrid, el Consejo Fiscal no le dio un solo voto; ni siquiera consiguió los de sus compañeros de la Unión Progresista de Fiscales (también conocida como “Unión de Pocos Fiscales”), de la que es cofundador pero en la que ya no tiene apoyos.

El Consejo tampoco le encontró capacitado para acceder a la Audiencia Nacional, ni para el Tribunal Supremo. Sin embargo, tanto Eligio Hernández en los noventa como Conde-Pumpi-do ahora decidieron que su alto compromiso Bermejo empezó con una insólita y extravagante labor de oposición desde su fiscalía: se opuso al Pacto por la Justicia; dijo que Mariano Rajoy (entonces ministro del Interior) era un xenófobo; afirmó que la ley para acabar con la kale borroka (y que realmente acabó con ella) era “un disparate”; acusó al Parlamento de “regresar al modelo dictatorial de Primo de Rivera”, y, por último, se enfrentó con el ministro José María Michavila, al que llegó a demandar.

Sigue en ÉPOCA.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué os aproveche!! coño

Anónimo dijo...

pin, nunca pense que tubieras un coeficiente intelectual tan corto.

Anónimo dijo...

DER JÄGER.

Conde Pumpido debe de estar echando chispas. Poner en el cargo que aspiraba a Bermejo, persona con la que mantenía tan "sana" (¿?)rivalidad. ¿Y de esto que opinará Garzón?

Y ahora siendo serios. Como un ministro de justicia puede tener un desconocimiento tan grande de la evolución del derecho en España, no ya desde las Partidas y el Ivs Commune, sino desde tiempos mas recientes, la codificación.

Si Bermejo hubiese prestado atención a la inmensa cantidad de bibliografía en materia de Derecho, y malamente la hubiese sintetizado hubiese llegado a las siguientes conclusiones:
Primero: el proceso codificador en materia civil acabó (¿?) recientemente. En grandes líneas, la formación de un Código Civil común a todos se vió obstaculizado por la pervivencia de derechos forales. Esta dialectica también tiene su en continuación en la formación de los partidos políticos (continuum centro-periferia)
segundo. La formación de los estados-nación (nota: Jellinek estaba flipado cuando escribió lo que escribió y que tanto gusta a Herrero de Miñon) surge con los movimientos decimonónicos burgeses. Estos son los responsables, entre otros motivos, de la codificación del derecho como uno de los pilares del nuevo estado. Sin embargo, la burguesía también influirá en la unión de mercados interiores en contraposición con el Antiguo Regimen (una nación-un mercado). Sorprendentemente el Código de Comercio ha sido el primero en ver la luz. (Para los que dicen que España no existe)
tercero. Desde la Revolución Gloriosa, España vivió un régimen parlamentario, una dictadura, una república,y de nuevo otra dictadura. Cualquier estudiante de derecho puede confirmar que la evolución de la actividad sancionadora y/o punitiva del Estado, lejos de atenuarse durante la II República continuó e incluso aumento su capacidad de respuesta, hasta tal punto que la legislación del primer franquismo apenas sufrió modificaciónes.
cuarto. la evolución del derecho durante el período comprendido entre 1960-1970 se acerca (salvo en materia de derechos de libertad política -con excepción de las colonias- a los niveles europeos. Repito, salvo por el actual Título I de la CE
En resumen, el actual sistema jurídico-parlamentario (el de ahora)no es un invento franquista, ni tiene su origen en la II República. Si un Ministro de Justicia es capaz de manifestar tanta ignorancia en materia jurídica y pregonar prejuicios personales obviamente, muy de lejos, llegará a ser el ministro de todos los españoles.
¡Y después es la oposición la que crispa!.