miércoles, marzo 15, 2006

Historias para no repetir


OPINIÓN

VALENTÍ PUIG
Escritor

LA TERCERA DE ABC |
vpuig@abc.es Stalin

... En 1953, cuando Stalin muere, muchos rusos lloran, se sienten huérfanos. Lloran incluso algunos que estaban internados en el «Gulag». Habían sido treinta años del peor despotismo sanguinario ejercido ininterrumpidamente sobre doscientos millones de personas...

LA hija de Stalin hojeaba libros en la biblioteca pública de Kensington. Lo advertía un joven bibliotecario que recomendaba libros con pasión chismográfica. Así vimos varias veces a la hija de quien había sido el hombre más poderoso del mundo. Luego se subía al autobús y desaparecía. Eso era en 1992. Poco después, la prensa sensacionalista descubrió que Svetlana vivía en una casa de beneficencia en el Londres más raído.

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