Faltan los incrementos o decremetos porcentuales de la población. Estos serán los que nos premitan realizar las comparaciones de variaciones de población entre los distintos municipios.
La comarca registra una continua pérdida de población desde 1998
La comarca registra una continua pérdida de población desde 1998
El área betanceira ha experimentado un tímido descenso demográfico, si bien desde las instituciones insisten en que, al menos de momento, los datos no son alarmantes. La progresiva despoblación del rural y los movimientos migratorios han sido las principales causas de estos cambios.
LUCÍA TENREIRO BETANZOs
Tenía que ocurrir. Mal que no mejora, empeora. La constante pérdida de población a la que asisten las zonas rurales ha acabado por dejarse sentir en la comarca betanceira y, de las once localidades que integran su área de influencia, en los últimos siete años sólo tres han logrado incrementar las cifras recogidas en los padrones municipales: Coirós, Miño y la propia cabecera del distrito, Betanzos. Las demás arrastran un descenso progresivo. En algunos casos, como el de Cesuras, cuyo censo, de menos de 2.500 habitantes, se ha visto mermado en más de trescientos, también alarmante. Así, de los 39.308 habitantes registrados en 1998, la zona ha logrado mantener 39.298, más del cincuenta por ciento de los cuales son mujeres (20.154).
Por localidades, Aranga ha perdido 184 vecinos; Cesuras, 306; Curtis, 154; Irixoa, 189; Oza, 77; Paderne, 43; Vilarmaior, 69; y Vilasantar, 169. En el extremo opuesto se sitúan Betanzos (gana casi ochocientos nuevos residentes), Coirós (101 empadronados más que a finales de los 90) y Miño, de cuya tabla se desprende un aumento de 257 habitantes, lo que lo coloca a la cabeza de los municipios del área, inmediatamente después de la ciudad brigantina, y lo convierte en la otra cara de la misma moneda.
Otro de los datos relevantes del último informe del Instituto Galego de Estadística (IGE) es el que apunta a un incremento de la población extranjera de más de un 500% (de los 132 inmigrantes censados en 1998 a los casi setecientos del último ejercicio).
Sectores > Por lo que se refiere a la ocupación por sectores, se mantiene la tendencia de décadas anteriores y, si a finales del siglo pasado la agricultura ocupaba a más del 50% de la población, los datos correspondientes al último informe del IGE revelan que el sector persiste como principal fuente de ingresos únicamente en Irixoa, cuya tasa de actividad es del 41,3%.
Tenía que ocurrir. Mal que no mejora, empeora. La constante pérdida de población a la que asisten las zonas rurales ha acabado por dejarse sentir en la comarca betanceira y, de las once localidades que integran su área de influencia, en los últimos siete años sólo tres han logrado incrementar las cifras recogidas en los padrones municipales: Coirós, Miño y la propia cabecera del distrito, Betanzos. Las demás arrastran un descenso progresivo. En algunos casos, como el de Cesuras, cuyo censo, de menos de 2.500 habitantes, se ha visto mermado en más de trescientos, también alarmante. Así, de los 39.308 habitantes registrados en 1998, la zona ha logrado mantener 39.298, más del cincuenta por ciento de los cuales son mujeres (20.154).
Por localidades, Aranga ha perdido 184 vecinos; Cesuras, 306; Curtis, 154; Irixoa, 189; Oza, 77; Paderne, 43; Vilarmaior, 69; y Vilasantar, 169. En el extremo opuesto se sitúan Betanzos (gana casi ochocientos nuevos residentes), Coirós (101 empadronados más que a finales de los 90) y Miño, de cuya tabla se desprende un aumento de 257 habitantes, lo que lo coloca a la cabeza de los municipios del área, inmediatamente después de la ciudad brigantina, y lo convierte en la otra cara de la misma moneda.
Otro de los datos relevantes del último informe del Instituto Galego de Estadística (IGE) es el que apunta a un incremento de la población extranjera de más de un 500% (de los 132 inmigrantes censados en 1998 a los casi setecientos del último ejercicio).
Sectores > Por lo que se refiere a la ocupación por sectores, se mantiene la tendencia de décadas anteriores y, si a finales del siglo pasado la agricultura ocupaba a más del 50% de la población, los datos correspondientes al último informe del IGE revelan que el sector persiste como principal fuente de ingresos únicamente en Irixoa, cuya tasa de actividad es del 41,3%.
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