martes, abril 10, 2007

Nacionalismo e indigenismo

Aznar presenta en Washington el Informe Estratégico sobre América Latina
El presidente de FAES, José María Aznar, presentará mañana martes, 10 de abril, en Washington DC, el informe estratégico sobre América Latina elaborado por la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales. En el acto participarán Ken Wollack, presidente del Instituto del Partido Demócrata, y Lorne Craner, presidente del Instituto del Partido Republicano. La presentación del documento en la capital estadounidense se realizará en la Universidad de Georgetown (Sala Gaston Hall, Heally Hall Building, Main Campus), a las 13:00, hora local, y cuenta con el apoyo de los dos institutos políticos más importantes de los Estados Unidos, el National Democratic Institute y el International Republican Institute. Cabe destacar que aunque es habitual la cooperación de ambos institutos en algunos países del mundo, es excepcional su participación conjunta dentro de Estados Unidos, apoyando iniciativas políticas como la que protagonizará José María Aznar. El director de Internacional de FAES, Alberto Carnero, será el encargado de presentar el acto de FAES y los dos principales institutos políticos norteamericanos. La creación de organizaciones internacionales vinculadas a partidos fue una iniciativa del presidente Ronald Reagan en 1982. Bajo el apoyo y financiación de una nueva agencia estatal, el National Endowment for Democracy, se crearon sendos institutos políticos dedicados a promover la libertad y la democracia en el mundo, además de otras dos instituciones encargadas de difundir la libertad económica y los derechos laborales, (Center for International Private Enterprise (CIPE), y el American Center for International Labor Solidarity (ACILS).
COLABORACIÓN BIPARTIDISTADesde su refundación en 2003, FAES ha fortalecido las relaciones con los institutos políticos más importantes del mundo como la Konrad Adenauer Stiftung, potenciando, en el caso de Estados Unidos, sus vínculos bipartidistas. FAES mantiene relación desde hace años con los dos principales partidos de Estados Unidos, con los que coopera habitualmente en el fortalecimiento de partidos políticos latinoamericanos y en defensa de la libertad y los derechos de los luchadores por la democracia en Cuba. FAES es la única institución española que ha estado presente en las convenciones de los partidos Republicano y Demócrata, y son habituales las reuniones del presidente Aznar con personalidades como George Bush, Bill Clinton o Madeleine Albright, a los que les une, además de la cooperación, una estrecha amistad. El NDI tiene sede en Washington y oficinas en cerca de 50 países. Gracias a una red mundial de expertos voluntarios, ofrece asistencia técnica a líderes de partidos políticos y de la sociedad civil que promueven valores, prácticas e instituciones democráticas. Trabaja con demócratas de los cinco continentes para fortalecer organizaciones políticas y civiles, monitorear elecciones, promover la participación ciudadana, y asegurar la rendición de cuentas y transparencia en el gobierno. Kenneth Wollack es presidente del NDI desde 1993 y está vinculado a la política exterior y al periodismo desde 1972, año en que fue elegido miembro del equipo electoral nacional del candidato demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos, George McGovern. Desde 1973 hasta 1980, fue director para asuntos legislativos del American Israeli Public Affairs Committee (AIPAC), y desde entonces hasta su incorporación al NDI en 1986, es columnista de política exterior en Los Angeles Times, y dirige el periódico Middle East Policy Survey. En la actualidad compatibiliza la presidencia ejecutiva del NDI con la presidencia de honor del Comité de Estados Unidos para el Programa de Desarrollo de la ONU. El IRI ha desarrollado programas en más de 100 países y en la actualidad es activo en más de 65. Su patronato está dirigido por el senador y candidato presidencial John McCain, e incluye, además de senadores y diputados republicanos y empresarios, a importantes personalidades de la política exterior norteamericana, como el ex Secretario de Estado Lawrence Eagleburger, el ex enviado presidencial en Iraq Paul Bremer III, o el ex Asesor para la Seguridad Nacional, Brent Scowcroft. Lorne Craner es presidente del IRI desde 2004, a donde ha regresado tras su paso de tres años por la administración Bush. Entre 1993 y 1995 fue vicepresidente del IRI, y entre 1995 y 2001, su presidente.En 2001 resultó elegido secretario adjunto del Departamento para Democracia, Derechos Humanos y Empleo, por el secretario de Estado, Colin Powell. Fue asesor de política exterior del senador McCain entre 1986 y 1989, y director de Asuntos Asiáticos en el National Security Council entre 1992 y 1993. Es miembro del Council on Foreign Relations, y del Comité Nacional para las relaciones entre China y Estados Unidos. También ostenta el distinguished service award, la distinción más alta del Departamento de Estado norteamericano. Tras la presentación oficial del informe estratégico sobre América Latina, realizada en Madrid el pasado 27 de marzo, Washington es la primera de una importante serie de presentaciones en el extranjero. A lo largo de 2007, la Fundación presidida por Aznar ha comprometido presentaciones del documento Una agenda para la Libertad en América Latina en colaboración con diversas universidades e Instituciones de los Estados Unidos (The Heritage Foundation), Argentina (Universidad Católica), Brasil (Fundacion Liberdade e Cidadania), México (PAN y ODCA), Chile (Universidad Nacional Andrés Bello), Perú (Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas), Colombia (Universidad Sergio Arboleda), Guatemala (Universidad Francisco Marroquín) y República Dominicana (Fundación Global para el Desarrollo). En paralelo, el informe se presentará en diversos ámbitos de la Unión Europea.
EL INFORMEEl estudio es fruto de meses de intenso trabajo, de múltiples seminarios, reuniones y encuentros en los que se han solicitado colaboraciones y realizado consultas a más de un centenar de personalidades y expertos de relevancia nacional e internacional. El informe parte del convencimiento y la realidad de que América Latina es parte sustancial de Occidente. De esa parte del mundo que hunde sus raíces en la tradición clásica grecolatina, que se ha desarrollado por el cristianismo, que se ve iluminado por las luces de la Ilustración y que prospera gracias a la economía de libre mercado. Y no es ocioso afirmarlo cuando esta realidad es negada interesadamente por los enemigos de las sociedades abiertas, ansiosos por situar a toda una región fuera del progreso y enfrentada al mundo libre. Una realidad que también se niega con frivolidad en círculos de los Estados Unidos y de Europa. Este estudio se basa con claridad en una premisa: la condición occidental de la realidad latinoamericana.
El documento recuerda que los españoles no podemos ser indiferentes al futuro de América Latina, ni podemos inhibirnos ante la disyuntiva a la que se enfrenta. España no puede limitarse a ser un espectador imparcial. Le unen con América profundos vínculos históricos, culturales y afectivos, y una densa red de intereses sociales, económicos y humanos que han ido a más en los últimos años en ambas direcciones. El futuro de España, como también el de Europa y el del resto de América, está unido al de América Latina. De ahí que FAES, una fundación política que se ocupa de proveer ideas para el futuro de España, realice también una propuesta para el futuro de América Latina. FAES considera que América Latina tiene ante sí dos caminos opuestos. Uno es el que siguen los países que tienen éxito: el camino de la apertura al mundo, de la democracia, del respeto por las libertades individuales y del fortalecimiento del Estado de Derecho. Un camino que atrae inversiones, genera crecimiento, incentiva a los emprendedores, crea empleo y reduce la pobreza. Un camino de éxito, democracia y libertad. El otro camino aleja de las sociedades abiertas, libres y prósperas. Tenemos suficiente experiencia histórica –la tiranía en Cuba no es el único caso– para saber cómo acaba esa ruta. Quienes hoy proponen seguir esta vía se nutren de ideas caducas: del populismo revolucionario, del neoestatismo, del indigenismo racista y del militarismo nacionalista. Ninguna de ellas es desconocida en Iberoamérica. Constituyen el socialismo del siglo XXI, heredero del que, en el siglo XX, generó miseria y opresión. Vemos con preocupación que esas ideas vuelven a renacer, incluso con el aval de procesos electorales.
RIESGOS INDIGENISTASEsta izquierda latinoamericana tiene un proyecto político que ella misma denomina “socialismo del siglo XXI”. El indigenismo, el neoestatismo, el nacionalismo, el militarismo o el populismo son ingredientes de los que se sirve para avanzar en sus objetivos. Esta izquierda prima los supuestos derechos colectivos frente a los individuales, ignorando al individuo en beneficio del grupo, sea etnia, sindicato o clase social. La pertenencia étnica y la mirada atrás, a una mítica arcadia precolombina, colectivista e igualitaria, es una de las ilusiones de esta izquierda latinoamericana, sobre todo en los países con un fuerte componente amerindio en su población.
El informe estratégico elaborado por FAES considera que el indigenismo empieza a ser para América Latina lo que el nacionalismo es a Europa. Resulta tan esclarecedor como preocupante contemplar sus analogías. Ambos cuestionan los Estados nacionales modernos que superaron el Antiguo Régimen con el constitucionalismo liberal del Siglo XIX. El indigenismo sustituye el concepto de ciudadano de una república por el de miembro de una comunidad étnica, al igual que el nacionalismo europeo busca fórmulas identitarias excluyentes. Los dos subordinan principios e instituciones liberales como la división de poderes, el mérito y capacidad, la igualdad ante la ley y el respeto por los derechos individuales, al logro de sus objetivos muy cercanos al totalitarismo. Indigenismo y nacionalismo propugnan la confusión de poderes. La ocupación de los mismos es una característica común, como lo es la intromisión en la esfera privada de personas y familias en aspectos tan sensibles como la educación o la instrumentación de la religión al servicio de sus causas. Tanto los indigenistas americanos como los nacionalistas excluyentes europeos promueven el falseamiento de la historia; en el terreno económico utilizan la reivindicación de supuestos derechos históricos, como un instrumento de dirigismo y proteccionismo económico. El indigenismo, al buscar la reinstauración de supuestas o míticas instituciones prehispanas, promueve peligrosas excepciones a la normalidad democrática, de la única forma en que ésta puede ser concebida: sufragio universal, igualdad ante la ley, separación de poderes, rendición de cuentas, transparencia…
ECO IRRITANTEEl documento considera que la idealización en clave política actual de las civilizaciones precolombinas supone la reivindicación del autoritarismo y del colectivismo. De la misma manera que la defensa de la nación lleva al elogio del patriotismo y a la oposición al nacionalismo, la defensa de los indígenas, como de cualquier ciudadano en situación desfavorecida, lleva a la denuncia y el combate al indigenismo. El indigenismo político de la izquierda populista latinoamericana encuentra un eco irritante en algunos sectores occidentales, especialmente entre cierta izquierda europea y norteamericana huérfana de causas tras el fracaso del “socialismo real”. Parece mentira que esta opción populista reciba un apoyo poco disimulado de algunos izquierdistas del Primer Mundo que disfrutan cómodamente de la prosperidad y de las libertades políticas en sus países. Con una irresponsabilidad máxima, estos “progresistas” apoyan para otros lo que jamás se atreverían a proponer para sus sociedades.

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