Ortega Lara: "Estoy radicalmente en contra de cualquier negociación"
30.01.07 | 08:51. Archivado en Televisión
(PD / Redacción).- "Historia de la televisión" o "un milagro" son algunos de los calificativos que le ha valido a Sánchez Dragó su irrupción como presentador de informativos. En su debut un invitado estrella: Ortega Lara, que padeció el secuestro más largo de ETA. Era su primera aparición en la pantalla, y dijo alto y claro cosas que algunos no quieren escuchar.
Su secuestro, como tantos otros, conmocionó a España. Fernando Sánchez Dragó quiso sacar de ese olvido oscuro de nuestro país al ex funcionario de prisiones secuestrado por ETA, José Antonio Ortega Lara. Nunca antes había concedido una entrevista en televisión, pero qué mejor momento que este.
Según dijo, accedió a la entrevista porque
"Durante muchos años las víctimas del terrorismo han estado bien tratadas, pero ahora estamos asistiendo a un panorama totalmente distinto: se les insulta, se les maltrata, se les injuria, incluso se hace de ellos motivo de escarnio. Incluso hay quienes dicen que son los culpables de que no haya paz".
José Antonio Ortega Lara fue secuestrado el 17 de enero de 1996. Pasó 532 días en un zulo lúgubre y húmedo. En su relato combinó lo vivido entonces con lo que siente ahora. Según contó, estuvo cerca del suicidio: "Había elaborado unas bolsas de basura trenzadas con un pequeño mecanismo de seguridad para no fallar". E incluso, pidió que le mataran: "Mátame de una puta vez y déjame en paz".
"AHORA SE INSULTA Y MALTRATA A LAS VÍCTIMAS DEL TERRORISMO"
Por fortuna, Ortega Lara resistió. Y anoche estuvo en Telemadrid para contarlo años después:
"Estaba convencido de que el Gobierno no iba a negociar, porque si lo hacía por mí, al día siguiente lo tendría que hacer por otro (...) Cuando me liberaron, el entonces ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, fue a visitarme y yo le dije que entendía que el Gobierno no hubiese negociado" (...)
"Estoy radicalmente en contra de cualquier negociación. El estado de derecho no puede estar bajo la tiranía de unos asesinos".
REZAR Y HACER DEPORTE
Durante los días de cautiverio, Ortega Lara explicó que intuía el paso de los días por la actividad de la fábrica junto a la que estaba su zulo:
"El funcionamiento de las máquinas me indicaba los fines de semana".
Sobre su relación con los secuestradores, ha explicado que todos los días le traían el periódico. El Egin y El País. Pero le censuraban algunas partes.
Además, "hablaba" con su mujer "en voz alta" para ejercitar las cuerdas vocales, tapándose con una toalla porque intuía que le grababan:
"Recé mucho, hacía gimnasia y me aseaba" (...)
"Caminaba dentro del zulo muchas horas: cuatro pasos y dos y medio en cada sentido". Sobre su progresivo deterioro con el paso de los días de secuestro, Ortega Lara ha afirmado que fue "más psicológico que físico".
Ortega Lara también explicó la dieta que siguió durante el secuestro. "Sólo comía verdura y fruta porque era lo único que metabolizaba".
Sobre el lugar del secuestro, el funcionario intuía que estaba "cerca del mar o de algún río porque se producían inundaciones, pero el habitáculo estaba bien aislado".
"Los secuestradores aparecían tres veces al día", ha explicado:
"Al principio hablábamos pero con el paso del tiempo yo ya no tenía ganas de hablar porque discutíamos y me pasaban factura" (...)
"Cuando me daban la comida esperaban a ver si yo tenía ganas de hablar, y si no hablaba, se iban".
Según Ortega Lara, los terroristas fueron claros con sus intenciones.
"Siempre me insistieron que yo saldría vivo de aquí, pero yo no les creí".
LA LIBERACIÓN
La situación había llegado a ser tan dramática, que como ha afirmado Ortega Lara, había decidido poner fin a su vida. "Había decidido suicidarme porque al principio te propones aguantar por mi familia y compañeros, pero al final te sientes el gran culpable de todo lo que le está ocurriendo a tu familia. El desgaste psicológico era tal, que no veía otra forma". Incluso tenía preparado el mecanismo. "Había elaborado unas cuerdas trenzándolas con bolsas de basura y ya tenía ensayado el mecanismo para no fallar".
Sin embargo, pocos días antes de llevar a cabo su dramático plan, la Guardia Civil irrumpió en zulo para liberarle. Habían pasado 532 días, y el secuestrado creía que lo que ahí estaban eran miembros de ETA.
Lo primero que dijo a los Guardias Civiles que le rescataron fue "matadme de una puta vez", al confundirlos con etarras. Ortega Lara al ver a més gente, creyó que le querían matar delante de todos, y se volvió a meter en el zulo, hasta que los agentes le convencieron de su identidad.
Una vez libre, pensó en retirarse a un monasterio. Y explicó algunas de las consecuencias de su cautiverio. "No conseguía dormir más de cinco minutos seguidos". Además, su hijo de tres años no le reconoció, y fue "un golpe muy duro".
NO A LA NEGOCIACIÓN
Ortega Lara también se ha referido al actual clima de crispación en torno a la política antiterrorista. Ha afirmado que lo primero que le dijo al por entonces ministro del Interior tras ser liberado fue que entendía "que no hayan negociado.
Y mantiene su posición en la actualidad. Ortega Lara ha asegurado que estaba de acuerdo con el lema de la manifestación en Madrid a la que el PP no acudió. "Por la paz y contra el terrorismo. Todos estamos de acuerdo con este lema", ha afirmado, para concluir:
"Pero además, estoy en contra de cualquier negociación con los asesinos". "Queremos la paz, pero una paz que se base en la Justicia".
Ortega Lara aseguró que ha decidido hablar ahora "porque durante muchos años las víctimas del terrorismo han estado bien tratadas, pero ahora se les insulta, incluso algunos llegan a decir que somos los culpables de que no haya paz".