Un sabotaje a un viejo transformador provoca un vertido de aceite al Mendo | |
Un vecino del lugar de Paio, en el municipio de Oza dos Ríos, alertó ayer a la Guardia Civil de la aparición de unas manchas aceitosas en el río Mendo, a su paso por Ponte dos Cabalos. Una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) se desplazó hasta la zona para comprobar la denuncia. L. TENREIRO / T. PéREZ > OZA DOS RíOS |
A primera hora de la tarde de ayer, una pareja de agentes inició la recogida de muestras y toma de fotografías para intentar determinar las causas del vertido que, efectivamente, había provocado la aparición de unas manchas azules en el cauce y "un fortísimo olor", explicaron vecinos de Paio.
En principio, todo apunta al sabotaje a un transformador de la antigua presa de captación de agua de la localidad, inutilizada desde hace más de un año, como el motivo más probable.
Un testigo indicó que, durante los últimos dos días, vio "una furgoneta blanca de grandes dimensiones" merodeando por la zona. "Nos sorprendió que hoy (ayer) por la mañana parte del material, con la caja de las turbinas y restos de aceite apareciese tirada en el suelo, cuando se encontraba a tres metros de altura", señaló otro residente, que también indicó que los autores del robo podrían llevar varios días controlando los movimientos de los lugareños para planear el asalto sin ser vistos.
Olor > El Seprona apunta a que el objetivo de los asaltantes, que trasladaron un andamio hasta el lugar, en el entorno del antiguo centro de captación de agua del Ayuntamiento de Oza dos Ríos, para subir a la torreta, era el robo de hilos de cobre y otro material del engranaje de las turbinas. Con este propósito bajaron la caja, que dejaron abandonada una vez vacía y derramando aceite sobre el cauce de un arroyo que desemboca en el río Mendo.
Al parecer, a primera hora de la mañana, el olor y la suciedad de las aguas alarmaron a los vecinos del lugar, que decidieron llamar a la Guardia Civil "porque sabemos que Betanzos capta agua del Mendo y, si se tratara de material tóxico, había que alertar al alcalde para que tomase medidas".
Aunque en un principio se descarta un caso de contaminación, por la tarde todavía eran visibles algunas de las manchas "azuladas" en las aguas.
El Ideal Gallego, 30 de noviembre de 2006